Durante la próxima década, Costa Rica deberá enfrentarse a una serie de retos sin precedentes. La cuarta revolución industrial, presiones políticas y económicas al modelo de globalización, la crisis climática y ecológica global y la urgencia de renovar instituciones y modelos de gobernanza a nivel local e internacional son ejemplos de la complejidad y naturaleza sistémica de los cambios que los futuros líderes de nuestro país deberán enfrentar.

Diversos estudios [Foro Económico Mundial, McKinsey & Company, PWC] alusivos al desarrollo del capital humano frente a las necesidades del futuro destacan la falta de preparación de los países en mercados emergentes para enfrentar estos cambios. Costa Rica no es la excepción. Datos de PwC indican que el 70% de las empresas necesitan nuevo talento para llegar a ser competitivos y más de la mitad están haciendo esfuerzos activos para invertir en el desarrollo de talento de sus empleados actuales.

Costa Rica debe priorizar nuevamente el desarrollo de capital humano en habilidades y destrezas necesarias para el futuro. Es necesario asegurar que nuestros próximos líderes tengan conciencia social, capacidad de pensamiento analítico y sistémico e inteligencia emocional, pero también habilidades técnicas (en temas de ciencia, ingeniería, tecnología, biotecnología y diseño), conocimiento profundo del contexto global y sus implicaciones locales, creatividad para idear soluciones a los retos del país y capacidad de liderar su ejecución.

Asimismo, talentos ejemplares que logran asegurar un espacio para continuar con su desarrollo profesional en las mejores universidades e institutos de formación en el exterior, carecen de apoyo institucional y las opciones para financiar sus estudios son escasas.